Nacemos de la convicción de que el arte es una poderosa herramienta de sanación y empoderamiento. ALSEDÀ da voz con sus diseños, defendiendo la resiliencia y el derecho fundamental de la salud mental.

Defendemos el diseño como un acto de justicia social. Nuestro feminismo se centra en crear un espacio de sororidad en la industria, dando voz a las reivindicaciones cruciales (presión estética, igualdad) y liderando con convicción.

Luchamos frontalmente contra el desperdicio. Nuestra Circularidad se basa en el la recuperación de tejidos exclusivos (deadstock), dándoles una segunda vida como piezas de lujo atemporales. Creamos con lo que ya existe.

Recuperamos el valor del oficio que se hereda. Cada puntada y cada detalle de la prenda reflejan la paciencia, el respeto por el tejido y el cariño de las manos que cosen. Es el legado de la modista convertido en diseño de autor.

Nuestra producción es local, ética y arraigada. Mantener el control de la confección en el Penedès garantiza la máxima calidad, fomenta el talento de proximidad y asegura que cada pieza nazca en un entorno slow y consciente.

Rechazamos la velocidad del fast fashion. Solo producimos lo que se va a vestir. Este modelo bajo demanda elimina el stock innecesario, asegura el diseño exclusivo y permite una personalización completa, invirtiendo en calidad en lugar de cantidad.